|
Se extrañarán tu goles, tu alegrias y tu bailes, chama |
Hace
casi siete años atrás tuve mi primera conversación con Heviel Cordovés, acaba
de llegar a Jacksonville Florida tras haber escapado de la selección nacional
durante un partido eliminatorio a la Copa Mundial del 2014, muchas han sido las
que tras aquella primera vez hemos tenido, pero ninguna fue tal difícil y
triste como la que tuvimos hace un par de semanas atrás.
La
ausencia en el roster del Memphis en su primer partido me llamó muchísimo la
atención, Cordovés había sido uno de los rostros del equipo, uno de los
primeros jugadores firmados por el Memphis y sin duda una de las grandes
figuras del mismo ¿una molestia de último minuto? Pudiera ser, esas cosas
suelen pasar, pero la ausencia en el segundo partido encendió las alarmas.
|
Listó para desatar la potencia de su Zurda |
“No
puedo volver a jugar” fueron sus primeras palabras, un golpe seco que me dejó
suspendido en el aire esperando sus siguientes palabras, ¿qué podía ser tan
terrible que pusiera a un luchador, a un guerrero como Cordovés fuera de
circulación.
“El corazón… tengo un problema cardiaco” …..
“faltan algunas pruebas, pero ya me han dicho que no puedo volver a jugar” “Me
desmayé en uno de los partidos de
entrenamiento y tuvieron que llevarme al hospital, fue un gran susto, pensaron
que no saldría’
Mientras
leía a mi mente llegaban las imágenes de hace unos años atrás cuando en medio
de un partido veía desplomarse a Yordanis Álvarez, la cara de horror de los
aficionados mientras trataban de reanimar al cienfueguero imagen que imagino
fue la misma que debieron vivir los compañeros de Cordovés en esos momentos de
incertidumbre en los que uno piensa que la vida de un compañero se te va entre
las manos.
|
Guapo, luchador, un verdadero guerrero |
¿Qué
decir? ¿Cómo tratar de levantar el ánimo de un muchacho al que aprecias cual un
hijo, que vive una realidad fantástica y con un futuro aun mayor? No hay
palabras se trata pero no se existen, solo Dios, el tiempo y la familia pueden
mitigar en algo la tristeza que debe vivir en estos momentos.
Será difícil
ahora acostumbrarse a su ausencia, a su sonrisa en el campo, a los zurdazos imparables
que inflaban las redes desahogando el grito de gol de los aficionados, sus
bailes de celebración, su atención para los con los niños que corrían en busca
del grandulón de rostro recio pero de corazón de peluche.
Ese mismo
corazón lleno de amor para los que le rodean le ha dado el golpe más duro en su
joven carrera y lo ha separado de los terrenos como jugador activo pero jamás
logrará alejarlo ni de quienes lo queremos ni tampoco de su segunda gran pasión:
el Futbol.
¿La
Primera? La Familia.
Te
vamos a extrañar… Peter Pan.