Por Eduardo Greiner (Tomado de Cubadebate)
La historia de Toni Mas es una historia diferente: una historia de
sueños alcanzables y de pasión desmedida por un deporte que representa
mucho más que una mera actividad física. Una historia, eso sí, escrita
con ribetes de cubanía y de sentimientos de afecto hacia esta Isla,
porque como él mismo asegura, se enamoró del fútbol el día en que llegó a
Segundo Frente, en Santiago de Cuba, y jugó en un terrenito de tierra,
con una pelota medio desinflada, junto a las mejores personas que ha
conocido, sus amigos. Desde entonces, Toni lleva a Cuba en el corazón.
Nacido en un pueblo de Palma de Mallorca hace 16 años, el joven
delantero de madre cubana entrena a diario en busca de dos metas: jugar
en el fútbol profesional y vestir los colores de la selección de la
Mayor de las Antillas. En este instante, defiende el escudo del club
Atlético Baleares, uno de los históricos de la región, que milita en la
Segunda B española, aunque hace algunos años ya se desempeñó en el
grande de las islas, el RCD Mallorca, de los tradicionales en Primera y
que hace poco ascendió a la división de plata.