Aunque no pudo ver acción en cancha, César Munder vivió una jornada especial ayer domingo en el triunfo 2-1 de Universidad Católica sobre Palestino
en San Carlos de Apoquindo. En el duelo válido por la octava fecha del
Campeonato Nacional 2018, el futbolista cubano tuvo su primera
convocatoria a nivel profesional.
En la precordillera esperan que dicha experiencia ante los árabes sea el comienzo de una rica historia de Munder con el primer equipo de la UC,
ya que su destacado desempeño en el fútbol formativo lo posiciona como
uno de los mayores proyectos de la siempre nutrida cantera de los
cruzados.
Nacido el 7 de enero del 2000 en Cuba, este promisorio futbolista llegó con 12 años a las inferiores de la UC, después de un frustrado arribo a Unión Española. También fue pretendido por Colo Colo, pero la gestión del inagotable Alfonso Garcés terminó inclinando las cosas en favor de Católica.
Hijo de un ex funcionario municipal del gobierno cubano, Munder reside en forma legal en Chile desde 2012. Su padre, casado con una chilena, tiene un Permiso de Residencia en el Exterior (PRE) y aquella autorización se hace extensiva al promisorio delantero cruzado.
Velocidad y gol
En lo netamente futbolístico, Munder ha destacado en la UC por su sobresaliente velocidad e importante cuota de gol, características que lo transforman en un peligroso puntero derecho.
En su progreso en las inferiores, sus permanentes socios de ataque han
sido Diego Valencia (centro delantero que registra citaciones con Beñat)
y Pedro Campos (puntero izquierdo de origen cubano que disputó el
Mundial Sub 17 con la Roja en India).
Sin ir más lejos, para dar cuenta de los buenos antecedentes del caribeño hay que revisar la campaña que le permitió a Católica obtener el Clausura 2017 de la serie Sub 17
del Fútbol Joven de Chile. El cubano fue uno de los jugadores más
destacados de aquel elenco comandado por Andrés Romero que logró el
título tras vencer a O'Higgins en la final.
En ese equipo también destacaron Marcelo
Suárez, Yerco Oyanedel y Diego Valencia, otros jóvenes de igual modo han
sido considerados por Beñat San José. En un 2018 sin copas
internacionales, el vasco optó por reducir el plantel y darle
rodaje a valores de las inferiores. Aquel panorama ha beneficiado al
cubano y sus compañeros.
El extremo que comenzó a entrenar con el plantel de honor cruzado durante la era Mario Salas y que firmó su primer contrato profesional a fines del año pasado,
por ahora, ocupa plaza de extranjero y no entra en el reglamento Sub
20. Sin embargo, estima obtener su nacionalidad chilena a fin de año y
así cumplir con su sueño de vestir la camiseta de la Roja. (Tomado del www.publimetro.cl)