La
verdad nunca es absoluta cuando de humanos se trata, es tan o más relativa que
la teoría de Einstein y depende siempre del color del cristal con el que se
mira, y en el caso de cuba este cristal es más bien un prisma capaz de separar
la luz blanca de la realidad en los diferentes colores del espectro y este surrealismo
físico-humano ha vuelto a resurgir una vez más teniendo como centro la selección
cubana de futbol.
La
historia ya es conocida y las verdades han sido develadas, mientras la CONCACAF
en la suya anunciaba que Cuba no recibiría las visas por violar los protocolos
sanitarios relacionados al COVID-19 y no se podía poner en riesgo la integridad
de los participantes en el torneo, la de Cuba acusaba directamente a la
Embajada de los Estados Unidos en Nicaragua y por supuesto al gobierno de ese país.