Arranca hoy la Liga de Naciones de la CONCACAF para la selección cubana de fútbol y en su regreso a la máxima división del Torneo le toca en suerte enfrentarse de visitante a Haití en partido a desarrollarse en la República Dominicana.
Una selección cubana que llega con los mismos problemas administrativos y organizativos de siempre, problemas de horarios, falta de equipación o lugar para realizar entrenamientos, además de un vestuario quebrado, con diferencias entre los sub20 y veteranos de la selección asi como el malestar por el nombramiento del nuevo capitán, brazalete que la mayoría de los jugadores piensa debió terminar en otro brazo.
A lo que habría que añadir la deuda de minutos de juego con la que llegan varios de los elementos del equipo y el desbalance en el nivel competitivo de los miembros del equipo, así como el poco tiempo para adaptarse a un sistema táctico totalmente diferente al utilizado en el proceso anterior.
Un sistema que iría desde la línea de 5 en el fondo hasta la de tres con dos carrileros que deberían constantemente estar subiendo o bajando para sumar números en el ataque o la defensa según sea la situación.
Dinamismo que pasaría por la tenencia o no del balón, o del dominio de la media cancha y la conexión entre líneas, un factor este, que sin la presencia de Arichel se ve bastante endeble en la Tricolor Cubana.
Si bien el villaclareño no se había mostrado a la altura de su nivel, especialmente en los últimos partidos, su salida forzada deja a Cuba sin esa figura clave en la media, ante la ausencia de Dayron Reyes por lesion.
Un puesto que a nuestro entender debería ser ocupado por el matancero Luis Javier Paradela, si al final se deciden por el 3-5-2 como parece que será el caso.
Dinamismo, intensidad y el no dar balones por perdidos son cualidades que podría aportar el matancero que también sabe conectarse y distribuir balones aparte de que puede tranquilamente probar desde fuera del área, cualidades idóneas para un 10, aunque esa misma intensidad en ocasiones le pueda jugar en contra cuando abusa del dribbling, aunque tal vez el no tener la responsabilidad de hacer los goles pueda ayudarlo a ser más cooperativo con la pareja de delanteros.
Pero si bien la posición de enganche es una incógnita grande el sector izquierdo de la defensa cubana no se queda atrás. Delgado y Corrales deben ocuparse de esa zona en donde deberían ser ayudado por el jovencito Romario Torres.
Se ha criticado mucho la inclusión de Corrales como central, algo que no es totalmente descabellado ya que hay que recordar que el pinareño desde el regreso de su cirugía de rodilla ha jugado la mayoría de sus partidos con el Tulsa FC en ese puesto.
Más que el conocimiento de la posición habría que ver cómo Corrales puede aguantar la intensidad del ataque haitiano, teniendo en cuenta, uno: que no juega desde el mes de julio y dos el apoyo que pueda recibir en la marca de parte de Alejandro, que no es un marcador lateral y si bien lo hizo muy bien en el Sub20, la diferencia con los gallos que tendrá que enfrentar ahora, es mucha, y de Romario como habíamos mencionado anteriormente.
Habrá pues que esperar a ver cómo se logran resolver sobre la cancha estos problemas, sobre todo el control de la media cancha ya que sin este vital punto, el partido se convertiría en una montaña bastante complicada de escalar para los nuestros que en medio de todas las complicaciones y problemas aún pueden darse por bien servidos de no tener que jugar en la olla del Sylvio Cator.