Seis años después la selección Sub20 de Honduras vuelve el ser la prueba a vencer por la selección cubana de la categoría para poder cumplir su sueño de clasificar al Mundial y repetir la gesta del 2013.
En aquel partido los hondureños vinieron de atrás para derrotar a una selección cubana plagada de talento y dirigida por uno de los mejores técnicos cubanos de este siglo, el avileño Gonzalez Triana Raul Valentin. Un partido que fue un verdadero rompecorazones y que tras su finalización inició el desfile de la mayoría de los jugadores de ese equipo rumbo a buscar su sueño de ser profesionales, algunos, y otros simplemente de una mejor vida.
Mañana nuestros muchachos buscarán saldar esa herida y conseguir ellos su pase. Si bien los hondureños llegan como favoritos por como llegan a la competencia sus jugadores (activos en sus clubs, mientras los nuestros lo hacen con una deuda de más de dos años) asi como la actuación durante el torneo; estos partidos de eliminación directa se viven de manera muy diferente y lo hecho en fase de grupos es solo parte de la historia, si no pregúntenle a Estados Unidos que hoy se las vio muy complicada para vencer a Guatemala por un gol a cero.
Con un enorme déficit en la media cancha, que seguro hará que Honduras tome el control de juego y escasez de planteamientos tácticos desde la banda, los muchachos dependerán, primero de una noche brillante de Hodelin, como aquella frente a Costa Rica en el inicio del torneo, el no permitir goles tempraneros y de efectividad en el contragolpe para hacer daño.
El gran aliado del Tricolor será sin dudas el tiempo, el no ser favoritos le quita el peso de los hombros y lo pone sobre Honduras que de no conseguir la ventaja tratará de buscarla por todos los medios y eso podría dejar espacios atrás que pueden aprovechados por los nuestros que destacan por eso, ser jugadores muy rápidos.
Un último factor sería sin dudas el aspecto físico ya que como mencionamos anteriormente los nuestros llegan con una deuda enorme de fútbol que se trató de resolver en muy poco tiempo en la gira por Venezuela, lo que sumó muchos minutos en pocos días para las piernas de los seleccionados con poco tiempo de recuperación además de la gran cantidad de millas recorridas algo que ya se ha visto ha he hecho mella en nuestros muchachos.
Habrá que esperar hasta mañana, dedos cruzados y esperando lo mejor para los nuestros pues en ese partido se juega mucho más que un Mundial, se juega el futuro futbolístico y personal de unos jugadores que de caer deberán regresar a ese mundo de Nunca Jamás Fútbol o salir a conocer los volcanes.