Olympic.

 

Cuenta una de las leyendas urbanas más locas que el Titanic nunca se hundió y quien lo hizo en realidad fue el Olympic barco gemelo del primero, aunque más antiguo.

 

Cuentan los conspiracionistas que JP Morgan agobiado por las deudas buscaba cobrar el seguro del Titanic y para ello aprovechó el viaje y la similitud de ambos barcos para cambiar los nombres de los mismos, el hundimiento le permitiría cobrar el dinero y quedarse con el barco más moderno además de librarse de sus tres rivales personales quienes viajaron en la fatal travesía la cual no contó con la presencia de Morgan que a última hora cambió de opinión.

 

Si bien loca y con muchas grietas la teoría lo cierto es que esta expedición cubana a la Copa de Oro pareciera tener muchas similitudes con la historia de los famosos barcos.

 

Y es que aunque nos han ofrecido durante los últimos meses una selección nueva, con legionarios a bordo y capaz de darnos alegrías en la Copa Oro, lo cierto que a la luz de los acontecimientos, parece ser más aquel barco viejo, lleno de grietas al que apenas le dieron una manito de pintura y cambiaron el nombre.

 

Cuba volvió a tener problemas con los terrenos de entrenamiento y tomó la rebelión de varios jugadores que se plantaron en tres y dos y exigieron el cambio de condiciones o no se continuaría entrenando para que los directivos del futbol cubano, poco acostumbrados a estos plantones decidieran buscar una instalación más acorde para los entrenamientos de los seleccionados, acción que llegó algo tarde para algunos que desacostumbrados a estos potreros mostraban molestias musculares.

 

No se consiguió, como de costumbre, ningún partido de preparación a pesar de estar en Guatemala y con la selección de ese país preparándose también para jugar la Copa Oro, una gestión que además hizo que algunos jugadores perdieran el ritmo competitivo que traían por estar jugando con sus clubs.

 

Se cerró toda comunicación de los seleccionados con la prensa, se rompió la burbuja lo que ocasionó un caso positivo de Covid que por suerte no se extendió al resto del equipo, una burbuja que usaron como excusa para que los legionarios no regresaran a sus clubs.

 

Por último, llegaron las gestiones atropelladas para la obtención de las visas para viajar a Estados Unidos, con viajes apresurados Nicaragua a menos de una semana del debut en la Copa Oro y que trajo como consecuencia, que, al día de hoy, a menos de 24 horas, aun se desconoce si la selección estará o no mañana frente a Guyana Francesa.

 

Algo que no es nada nuevo para la selección nacional cubana quien ya en la Copa Oro del 2015 no pudo contar con varios de sus jugadores en su debut por no haber podido llegar a tiempo tras haberse extendido su estadía en una isla caribeña con la sub 20, desde donde la AFC fue incapaz de sacar por alrededor de dos semanas y en donde prácticamente fue dejada a su suerte y en donde fue alimentada por un cubano residente en la isla, abandono que de cierta manera debió experimentar en carne propia el holguinero Yasniel Matos tras haber dado positivo al Covid y tener que quedarse en tierras guatemaltecas cuando el resto del grupo, dirigentes y médico incluido viajaban rumbo a Nicaragua.

 

No era de sabios adivinar que en medio de una pandemia como la del Covid, las oficinas gubernamentales estuviesen trabajado con personal reducido y que los de ya por si engorrosos procedimientos legales para obtener una visa para entrar a los Estados Unidos tomaran más tiempo de lo acostumbrado.

 

Como se ve, nada nuevo, no historias diferentes, la incompetencia de los dirigentes futbolísticos cubanos es algo perenne que se transmite de generación en generación con problemas repitiéndose una y otra vez con la gravedad de que la AFC cada día tiene menos peso en las decisiones o acciones que se toman, mismas que recaen o se concentran en el poder totalitario de un personaje como Oliet Rodríguez, que labró su camino hacia la cima del futbol cubano, a base de mentiras, chivaterías y mucha lambonería.

 

En fin, la selección cubana es hoy es Olympic viejo, con las rajaduras del tiempo y los malos cuidados, a los que se le ha dado una manito de pintura y cambiado solo el nombre, sólo falta ver si como en aquella leyenda urbana, se hundirá en su “primera travesía” cuando choque contra el Iceberg llamado Guyana Francesa, o se hundirá sin haber zarpado.

Esperemos por el bien del futbol cubano que no.