Que no hayan unos sin los otros.

El futbol cubano y sus seguidores han convertido por estos días en un polvorín las redes sociales desde que en Jit Online apareciera la nota aclaratoria de la AFC desmintiendo y llamando de cierta forma mentiroso a uno de los mayores exponentes del futbol cubano en estos momentos: el Capitalino Marcel Hernández.

La euforia de unos días antes por la posible y más que merecida convocatoria de Marcel se pasó a la frustración al resentimiento por el anuncio de que no era cierto de que nunca se había contactado al jugador cuando por todos es conocido de que si existieron, incluyendo en su lista de mentirosos al señor Rolando Almaguer jefe jurídico de la AFC.

La no convocatoria de Marcel, y del grupo de posibles jugadores que juegan en ligas extranjeras fue una bomba que detonó en la prensa cubana, televisiva, escrita, estatal o independiente y es que los deseos de tener una selección competitiva nos ciega y convierte egoístas hasta cierto punto.

La pasión del futbol, el deseo de tener una selección competitiva nos hace mirar en una sola dirección, los jugadores extranjeros, ellos son la solución mágica que nos convertirán en ese Barcelona o Real Madrid del Caribe y que nos clasificarán a un Mundial.

Sin embargo nadie se recuerda de los de adentro, a nadie le importa los discriminados, “defensores” de los legionarios miran hacia otro lado o ponen escusas cuando se les habla de los “desertores”, que no importa que bien se estén desempeñando en Ligas Extranjeras, ellos no existen, está vetado hablar de ellos y el conformismo arranca expresiones “es mejor algo” “es un primer paso” o “el algo es algo”

Pero hoy no quiero hablar de esos marginados, me gustaría hablar de otro grupo, de los olvidados de los que hoy juegan dentro de la isla sacrificados y a la merced de los procesos burocráticos del INDER.

No recuerdo programas televisivos notas periodísticas, cuando Arichel Hernández se quedó en Cuba y perdió su titularidad en su equipo en Panamá debido a las ineptitudes de la Federación Cubana o el INDER, o cuando Puga fue enviado tarde a los entrenamientos del Pachuca, o Urgelles y Caballero perdieron sus posibilidades en Panamá por las mismas razones.

¿Donde están los  programas televisivos apretando para la contratación de nuestros atletas en el exterior, no parece no ser tan importantes, al final ellos no serán los que formen ese equipo “poderoso” que todos sueñan llenos de figuras extranjeras?

¿Por qué no exigir de la misma manera que se exige el regreso de los jugadores en el exterior,  la contratación de los que juegan en Cuba? Es que acaso nuestra hombre de victoria de triunfo nos convierte en seres avaros y egoístas?

Creo que es tiempo de recapacitar, de exigir de la misma manera que se exige el regreso de los extranjeros, la salida de los que hoy están en Cuba, que se les de un trato humano y profesional, a los que tengan la posibilidad de jugar en el extranjeros.

Que no se les pongan tantas trabas o se le mutilen los sueños o las posibilidades de crecer en otras tierras, ¿por qué esperar a que renuncien a la selección o que la abandonen?

Los jugadores, las personas no son propiedad del estado en ninguna forma más allá de que se haya creado el criterio, en nuestra Cuba, de que es así.

Hoy Cuba tiene un potencial futbolístico grandísimo con algunos jugadores jugando y teniendo resultados en Ligas extranjeras pero también tiene una cantera grandísima de jugadores jóvenes que pueden desempeñarse igual o mejor de los que hoy miramos con la boca hecha agua soñando que jueguen en la selección, si es que se les diera la oportunidad.

Los Arichel, Baquero, Sandy, Flores, Oviedo, Echevarría, Roldán merecen un furo mejor, merecen que la prensa que tanto empuja para la legada de jugadores que seguro los desplazarán, exija que se les de un mejor trato y que se trabaje para su contratación en el extranjero, que no haya “elegibles” a la hora de los elegidos para dichas contrataciones y que se ajusten a las peticiones de los clubs interesados.

Hoy todos queremos una selección competitiva fuerte, pero también debemos querer, exigir un trato igualitario para los unos y los otros, que vengan los de afuera si, pero que no nos olvidemos de los de adentro, aunque si hoy me preguntaran, y yo fuera de los jugadores “pensaría” más de una vez cualquier propuesta de la AFC que con su “Nota Oficial” ha demostrado la calaña de los que hacen y deshacen en esa madriguera.