Siendo esta última palabra a la que estos muchachos deberían buscarle el significado en el diccionario pues el que se denuncie lo mal hecho y los abusos con nuestros futbolistas no es cuestión de odio, es una cuestión de dignidad.
Y es que cuesta trabajo creer que alguien pueda justificar excesos y faltas de respeto hacia nuestros atletas cometidos por aquellos que deben cuidar de ellos y brindarles los elementos necesarios para practicar se deporte.
De nada sirve tener un cuerpo técnico que se esmere tratando de preparará partidos, entrenamientos y torneos; de nada sirve tener jugadores con ganas de defender nuestros colores si no le das los medios para hacerlo o si los tratas como mendigos a los que con una limosna se contentan.
Desde hace varios días he venido denunciando en mi cuenta de Tweeter @futbolcubano las malas condiciones de las canchas en donde por estos días entrena nuestra selección en Guatemala.
Canchas con hierba alta, desniveladas, o “sintetico” que asemeja más al asfalto callejero que a una cancha de fútbol son los sitios en donde hoy entrenan nuestros muchachos, en donde Pablo Elier y compañia tratan de preparar un torneo de suma importancia para el fútbol cubano como lo es la eliminatoria a la Copa Oro.
Habrá quien defienda y hable de que en Cuba están las condiciones peores y es que en este mundo hay de todos y como sabido hay mentalidades que agradecen por las muletas cuando el verdugo te ha roto las piernas.
La selección ha cambiado, ya no están en ella jugadores que no tienen otra opción que deben tragarse los desdenes de esta gentusa para poder salir, jugar u traer a casa algo que les permita campear el temporal hasta el próximo torneo.
En la selección, hoy, hay jugares profesionales, jugadores a los que los clubs les paga y cuida porque son sus trabajadores y representan para el club posibles ganancias y por tanto no dispuestos a que sus jugadores se lesionen y tengan que perderse parte o toda una temporada, algo a lo que se exponen cuando se entrena o juega en las condiciones en la que lo hace la selección.
Lesiones que ya empiezan a aparecer en jugadores no adaptados a estar en estos potreros y que sería interesante saber quién cubrirá, desde el punto de vista económico, en lo que a tratamiento y exámenes y demás, si la Federación Cubana, el Club o el propio jugador, aunque conociendo a mi gente podríamos quitar a la primera de la lista.
Y es que el amor de estos muchachones por el guaniquiqui es tan grande que aún no se han desprendido de él para pagarle a los jugadores lo correspondiente a los dos partidos efectuados durante la eliminatoria mundialista, una práctica tampoco nada nueva ya que es acostumbrado por ellos retenerles el dinero hasta el regreso de los Estados Unidos como forma de asegurarse algún billetico extra en caso de que algún díscolo decida tomar las de Villadiego y quedarse por las tierras del Imperio Brutal.
Pero más allá del sarcasmo lo cierto es que las condiciones de nuestra selección son intolerables y dejan una vez más al desnudo la falta de gestión, profesionalidad y compromiso de la Comisión Nacional de Fútbol para con la selección, los jugadores y el fútbol cubano.
Qué triste lo que hacen con el fútbol cubano. Deberían ir presos todos esos dirigentes. Unos por cometer esas barbaridades, y otros por permitirlas.
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