Impresentable.

Así fue el debut del seleccionado cubano de futbol en tierras dominicanas hoy frente al seleccionado Sub 23 de ese país y ante el cual cayó con marcador de un gol por cero lo que deja a los seguidores de la Tricolor envueltos en un halo de pesimismo marcado ante el poco tiempo para tratar de remendar lo visto hoy ante un seleccionado menor y la envergadura de los rivales que tendremos que enfrentar en solo unos días.

Un cuadro cubano sin ideas futbolísticas perdido sobre la cancha ante un equipo dominicano bien plantado, una selección que no logró asociarse nunca, que abusó de pelotazos largos en busca de que los hombres de arriba resolvieran con su velocidad ante una defensa muy bien plantada y que absorbió muy bien cualquier intentona cubana al punto de que no fue hasta el minuto 40 en el que Cuba pudo disparar a puerta.

Una selección cubana que resintió los inventos o pruebas de Mederos que retrasó a Daniel Luis para conformar la pareja de centrales con el avileño Yasmany López, dejando las labores de “cinco” a un Morris dejando un mediocampo con manejo del balón pero poca marca y que contantemente dejó a la defensa cubana expuesta.

Un doloroso primer tiempo que en ocasiones se tornó ríspido con algunas entradas ríspidas que pudieron provocar alguna lesión o expulsión de alguno de los jugadores (Yasmani López debió haber visto la roja en el minuto 38 tras una fuerte entrada a un o de los jugadores dominicanos cerca del área)  una primera mitad en la que los chicos dominicanos nos dieron una lección de futbol y que terminó con una verdadera puñalada al corazón cubano con el gol al 46 de los locales tras un robo de balón que encontró al medio campo y la defensa cubana muy mal parada.

La entrada de Roberney Caballero y Dariel Morejón mejoró el armado del equipo cubano que en los primeros minutos de la segunda mitad logró lo que no pudo en toda la primera parte, pisar el área dominicana y dos llegadas de Caballero por la derecha del ataque crearon ocasiones de peligro de cara al marco dominicano lo que hizo pensar en cambio de dinámica en el partido.

Pero solo fue un espejismo y los locales volvieron a ajustarse en la marca y de a poco alejar a los cubanos del su área, una tónica que se mantuvo durante toda la segunda mitad y que solo a 8 minutos del final cambió cuando una nuestra selección con más ganas que futbol llegó en tres ocasiones al marco rival, primero tras una gran jugada del pinareño Maikel Reyes, después por un disparo de Arichel Hernández y por último un cabezazo tras un tiro de esquina mismas que terminaron en los guantes del cancerbero local haciendo justicia a lo visto sobre el terreno de juego.

Un partido que no solo demostró las carencias de nuestro futbol, lo pobre del planteamiento táctico de Mederos que debería enfocarse más en lo que él quiere y no en lo que le soplan al oído desde el oriente del país y que sirvió además como una cachetada al estratega villaclareño que había puesto, hace unos días atrás, en duda la calidad de la Liga Dominicana de Futbol.

Fue además una trago amargo, doloroso… penoso, para aquellos que amamos a nuestra selección y que seguimos a todos los que la defienden aunque lo de hoy, lo de hoy pasa por los caminos de lo indefendible, habrá que hacer cuentas rápidas, dejar los experimentos a un lado y sacar un triunfo, sin escusas y jugando al futbol, los aficionados, la historia así lo exige.