Los 9

Pocas veces en una sola foto se puede resumir dos cosas tan diferentes, el honor y el respeto de unos y la desverguenza, falta de profesionalismo de otros aunque estos últimos no se encuentren en la misma.

De pie, sentados sobre la grama los nueve jugadores de Mayabeque, que por sus propios medios, llegaron el pasado miércoles pasado hasta la Polar para jugar el último partido del Campeonato Nacional.

Los pechos fríos, los cobardes, los conformistas, esos que no tienen ni idea de lo que es la pasión futbolística, la vergüenza deportiva dirían que hubiese mejor no haber ido, ser “inteligentes” y no viajar a hacer el ridiculo.

¿Ridiculo? Ridiculo es pensar en no jugar, en no tratar de defender tus colores, Ridiculo no es recibir los 9 goles en contra, Ridiculo es no presentarse, no dar la cara, la pelea, dejar de hacer lo que amas.

Ridiculo es ser un dirigente que no se ocupa de los que debe representar, apoyar, ayudar a quienes debe representar, ridiculo es no hacer su trabajo y garantizarle a los jugadores el transporte y los avituallamientos para viajar a sub último partido.

Mayabeque no se jugaba nada en lo deportivo, estaba eliminado, y el partido podía carecer de importancia para los que no aman el patear el balón, pero para los jugadores, para esos que de verdad sienten el fútbol en sus venas si la tenía, era el último partido del año, la última posibilidad de no cerrar el torneo sin haber obtenido una victoria.

Por eso a dedo, por sus propios medios llegaron, los que pudieron, a la cita, plantaron cara al desafío a la adversidad, algo que los irresponsables federativos no tuvieron el coraje de hacer, pelearon con las armas que tenía y ante un rival superior cayeron.

Resultado de escándalo dirían algunos peronpara mi, el escándalo fue el de afuera de la cancha el de l irresponsabilidad, la falta de profesionalidad y de respeto a nuestro fútbol, a nuestros futbolistas y a los aficionados de los dirigentes del Fútbol Cubano.

A los 9 de Mayabeque, mis respetos, me quito el sombrero ante ustedes, pueden haber perdido un partido de fútbol, pero se han ganado todo nuestro respeto y admiración.