Sub 17, por donde le entra el agua al coco.

Sin duda alguna la noticia de que la Sub 17 cubana no va al Torneo Premundial en Tampa ha sido y valga la redundancia la noticia más importante del fútbol cubano en estos días a pesar de que la misma haya pasado desapersibida para los medios periodísticos nacionales cubanos embriagados en legionarios y contratos para no decir ya del fútbol europeo.

Noticia que además aún no ha sido comunicada a los jóvenes seleccionados cubanos que empiezan a enterarse a través de este blog o contactos directos con este redactor de parte de familiares y amigos que piden confirmar lo publicado y si sabemos las causas o motivos de la no inscripción del equipo, algo que no ocurría desde la edición de 1999.

Muchas hipótesis se han manejado desde sanciones de la FIFA hasta problemas con visados etc, sin embargo la causa está lejos de una y otra y es tan inverosímil, irrealistica como mediocre.

Según la información que nos llega desde Cuba la Federación Cubana de Fútbol envió una misiva a la FIFA argumentando que no inscribía a la selección en el Torneo ya que debido a la situación entre Venezuela y los Estados Unidos no se podía garantizar la seguridad de los atletas cubanos en los Estados Unidos.

Si, leyó bien, lo curioso es que si bien tamaña mojoneta puede salir de los cerebros retorcidos y mediocres de los dirigentes cubanos lo curioso es que haya sido recibida de tan buena gana por la FIFA.

Es irrisorio que un país que tenga a tanto personal civil en Venezuela (léase médicos, entrenadores, etc) y que se niegue a sacarlos de allí donde su “seguridad” está en riesgo debido a la “inminente” invasion yanqui, justifique razones de seguridad para no traer a la selección a un torneo que se efectúa a miles de millas de donde la papa está caliente y donde los riesgos son: cero.

Desde luego no es el miedo a lo que los “malvados” americanos hagan a los niños que vengan al torneo, es el miedo a que ocurra una deserción masiva de jugadores que ya, desde muy jóvenes comienzan a darse cuenta de las manipulaciones, malos tratos y sinverguenzuras de la cúpula deportiva cubana y las trabas de un sistema político obsoleto que ofrecen cero posibilidades de crecimiento personal y deportivo por lo que arriesgan muchísimas cosas en busca de un futuro en el norte “brutal y revuelto” que a pesar de ambas cosas les ofrece lo que en casa se les niega.

Que no mezclemos la política nos dicen los defensores a ultranza de un sistema que corta la libertad y castiga a los que quieren buscar sus sueños.

¿Que no mezclemos la política? No somos nosotros lo que politizamos todo, no somos nosotros los que por estupidas razones políticas no mandamos una delegación a las olimpiadas o a juegos deportivos o a una eliminatoria mundialista como ahora, no somos nosotros los que impedimos que los jugadores que busquen sus sueños rompiendo la puerta de la jaula donde se les ha encerrado no puedan regresar a Cuba por 8 años sin importar si tienen familiares en estado crítico de salud.

¿Que no mézclenos la política? Dejen entonces de politizar con todo, hablen claro, quítense del medio, no rompan mas sueños, dejen que nuestros niños tengan las mismas oportunidades que sean como Messi, como Cristiano, que sean como cualquier futbolista del mundo.

No, no se puede seguir permitiendo que la soberbia de unos cuantos, su sed de control sobre los demás prive a nuestros muchachos de ser como cualquier otro joven, no les quitemos la posibilidad de defender los colores de su país, su bandera, sus cuatro letras en eventos internacionales.

Hablen claro, sarta de cobardes, al menos tengan los huevitos de decir la verdad, por lo menos tengan lo que hay que tener para decirle a los padres, a los entrenadores a los muchachos que no van a ninguna parte porque no confían en ellos, no les den más vuelta al asunto, no inventen más.

Si Venezuela es el problema, saquemos a los que están allá y no arriesguemos sus vidas, pero no le neguemos a nuestros muchachos la posibilidad de su PRE mundial, han trabajado, han entrenado y sacrificado, se lo han ganado a pulso.