La vida sigue igual

No, no es el título de la famosa canción de Julio Iglesias, es la realidad del fútbol cubano empantanado por culpa de la mediocridad de sus dirigentes y la nefasta influencia del INDER.

Un empatanamiento del que parece no saldremos por mucho tiempo tras el anuncio esta semana de que la preselección nacional se concentrará a partir de este mes y que para ella no se convocará a ninguno de los jugadores cubanos que juegan en el exterior a pesar de que varios han expresado de manera abierta su interés en formar parte del equipo.

Decisión está, la de no convocarlos, que no nos extraña para nada a pesar de la papagayaresca actitud del Consionado Nacional y otros dirigentes de la AFC que en más de una vez repitieron que se convocarían a estos jugadores motivando, no solo, un halo de esperanza en el aficionado cubano si no también en los jugadores, algunos de los cuales incluso se costearon viajes a la isla para contactar a los federativos cubanos e iniciar el proceso para ser tenidos en cuenta.

No hubo convocatoria en Marzo, tampoco para Junio, como el mismísimo René Pérez había anunciado, un Junio en el que la selección ni siquiera jugó partidos internacionales, como también se había anunciado y tampoco se produce ahora de cara a la Liga de las Naciones de la CONCACAF.

Y no es que dudemos de la capacidad de los jugadores que juegan hoy en la isla, pero se ha demostrado una y otra vez que con ellos no alcanza si queremos progresar en el fútbol de hoy, cada vez más profesionalizado y más globalizado.

A nosotros, y a mi en particular, no nos sorprende en los más mínimo que se vuelvan a dejar fuera a quienes juegan en otras Ligas, a pesar de que muchos, periodistas y seguidores hayan reaccionado con sorpresa al anuncio, y es que conocemos muy bien los medios y modos de la Desfederación Cubana de Fútbol.

El convocar a los jugadores en el extranjero sería abrir una puerta para que el mundo conozca las desatenciones y maltratos a los que son sometidos los miembros de nuestras preselecciones nacionales y es que ambas desatenciones y maltratos van tan de la mano que se funden en una sola cosa.

Hacinamiento, pésimas condiciones sanitarias en los baños donde en ocasiones no existe ni agua, y mala alimentación son algunos de los factores que deben enfrentar nuestros muchachos cuando son llamados a la Escuela Nacional de fútbol Mario López, quien de volver a vivir exigiría que su glorioso nombre se le retire inmediatamente a esta deshonra para el fútbol nacional que es la susodicha “escuela”

Condiciones que en las de seguro no aceptarían jugadores provenientes de Ligas Extranjeras acostumbrados a ser tratados como verdaderos seres humanos por sus clubs.

La convocatoria implicaria también los gastos de viajes para dichos jugadores algo que sin dudas la René, Luisito y compañía no estarían dispuestos a cubrir pues significaría menos dinero para sus bolsillos y sus “necesidades básicas” de vivienda como algún arreglito al gimnasio particular del primero o la piscina de la residencia del segundo además por su puesto de la parte etílica de ambos.

Soñar no cuesta nada dicen algunos pero cuando se refiere al fútbol cubano el soñar siempre va seguido de un amargo despertar y creer en las palabras de los federativos cubanos es pensar que las calabazas se convertirán en carrozas.

La mentira es parte del accionar de la Federación Cubana, está tan enraizada en ella que a veces pienso que ellos se creen que es la realidad, eso o piensan que somos tan tontos como para creérnoslas.

Hay que ser realistas y entender que la convocatoria de jugadores extranjeros a la selección va más allá de las ganas de hacerlo y cuando me refiero a ganas me refiero a la de los futbolistas, a las de los aficionados porque sabemos que de los dueños del fútbol y del deporte en Cuba hay... cero.

Convocar a estos jugadores implicaría no solo mejorar las condiciones de vida de los jugadores, pagos de tarifas aéreas o seguros a los clubs de donde provienen, sería también que estos aceptaran asumir las surrealistas y a veces carnavalescas regulaciones migratorias de Cuba para con sus  ciudadanos.

Es exponerse además a aceptar medidas y contratos con el INDER que rozan lo medieval y la locura para no decir el esclavismo de la época moderna, regulaciones alejadas y en total desconocimiento de las leyes que rigen el fútbol actual.

Implicaría para la AFC adoptar una postura seria y profesional algo que no ha logrado hacer durante su existencia y que se ha agravado en los últimos años tras la llegada de René Pérez y que bajo su mandato vemos muy difícil o imposible que suceda.

En definitiva en los próximos días se dará la lista y decir “dar” es solamente eso un decir, pues como siempre sabremos quienes son los llamados cuando empiecen a llegar  al Marrero porque en Cuba y en en el fútbol nuestro La vida sigue igual.