Carta a Onel.

Saludos Onel, estoy Seguro que tal vez nunca leas estas líneas, al final no soy nadie importante, no un periodista famoso o un youtuber o influencer con miles de seguidores, soy, eso si, un apasionado del futbol cubano, uno que desde mucho antes de que nacieras ya sufría y disfrutaba con las actuaciones de los nuestros en Campeonatos Nacionales o eventos Internacionales.

Hoy has revolucionado Twitter por las razones equivocadas y digo equivocadas no por el hecho de compartir o no tu manera de pensar sino porque has puesto el dedo en una yaga profunda en la vida de muchos cubanos, sin intenciones seguro, con falta de conocimiento apuesto, pero en alguien de tú notoriedad la ignorancia no es una escusa o te libra de culpa.

No te voy ha hablar de incidencias políticas pues, más allá de que en nuestra bella isla hasta el ejercicio de ir al baño es algo politizado, creo que ya en Twitter te han vapuleado bastante y te han dejado bien claro la opinión de muchísimos cubanos sobre el tema, pero si quiero hablarte del futbol, ese del que vives, del que gracias a tu talento has llegado a donde lo has hecho y gracias al cual has hecho historia.

Y quiero hablarte de futbol, de los efectos nefastos de ese personaje, que un día dio un puntapié a un balón pero que después se dedico con sus medidas a destruirlo paulatinamente, a convertirlo en el paria del deporte cubano y quiero hablarte del futbol porque yo sufrí cuando por órdenes de este señor nos quitaron el futbol, lo sacaron de los estadios para mandarlos a potreros casi inaccesible y recortaron los campeonatos nacionales a ridículos números de partidos.

Y quiero hablarte de los futbolistas cubanos, esos que tienen que luchar por conseguir un par de tacos para jugar, o un balón o jugar con el estomago vació esos a los que se les prohíbe vivir ese sueño que tu vives hoy, esos que de osar en ir en busca de ese sueño se les llama traidores, se les prohíbe regresar a su patria y ver a sus familias en un exilio forzoso de  8 años.

Y quiero hablarte de ti, del jugador que se desvive por representar a su país, pero que las ideas de esa persona que celebras en Twitter son las que te prohíben cumplir ese sueño, veo tu alabo y no puedo pensar en otra comparación que no sea la del condenado celebrando al verdugo que lo va a decapitar o al preso que le da las gracias al carcelero que le mantiene encerrado.

Quiero hablarte quizás un poco de la selección, de los seleccionados, a los que además de las desatenciones habituales en la isla hay que sumarle la retirada de pasaportes, vigilancia constante, amenazas y encierros todo gracias a seguidores de las ideas y normativas de este señor.

Onel, eres grande, pero no especial, tú tuviste las puertas abiertas, pudiste aprovechar las libertades que da una sociedad de libertades algo que no tuvieron jugadores de tu misma o superior calidad a la tuya simplemente por vivir en un país como el nuestro donde esas oportunidades son denegadas días tras días.

Yordan Santa Cruz, Arturo Diz Pe, Daniel Luis Sáez, Ariel Martínez, Andy Baquero, etc, etc, etc, etc, son parte de la larga lista de jugadores que hoy, en un país normal, con leyes normales pudieran estar jugando a tu nivel o quizás uno superior pero cometieron el “delito” de nacer en Cuba y que se les negase la oportunidad de convertirse en jugadores profesionales, de vivir de lo que los apasiona y desarrollar al máximo el inmenso talento que poseen tal y como tú si pudiste.

Una lástima Onel, y la verdad desde lo más profundo deseo que logres tu sueño de jugar por la selección nacional, que grites tus goles en el Marrero, pero ese día espero que recuerdes a todos esos a los que se les prohíbe ese honor por un día buscar el sueño que es tu realidad: ser un jugador profesional.