martes, 29 de enero de 2019

La edad es cuestión de un número

Livan Vasconcelos, un grande, dentro y fuera d ela cancha

Con frecuencia escuchamos la frase pero en realidad aunque quisiéramos nonsiempre lo es, sólo un grupo de elegidos puede banaglocerasrse y ser auténticos exponentes de la misma.

Hoy, en el nuevo despertar de la atención del aficionado cubano por el fútbol se habla y mucho de la necesidad de que un jugador como Joel Apezteguía esté en la selección nacional porque a pesar de pasar los treinta años de edad sigue rompiendo redes en cuanta Liga que juega.

Hace unos años atrás un treinta y picón espirituano que responde al nombre de Eduardo Sebrango con un equipo muy modesto como el Montreal Impact, en aquel entonces miembro de la USL, segunda División de los Estados Unidos, ponía a sus pies al Estadio Olimpico de Montreal con dos golazos frente al encumbrado Santos Laguna de Mexico y varios días después le clavaba otro pepino al conjunto mexicano poniéndolo al borde de la eliminación de la Liga de Campeones de la CONCACAF, para su mala surte el equipo de Montreal no aguantaría el empuje de un equipo con más trayectoria y terminaba eliminado.

Hoy, en Miami, en equipos sin tanto renombre o Ligas Europeas un jugador, nacido en Matanzas se ha convertido en la prueba más feasiente de que para algunos, la edad es solo un número.

Livan Vasconcelos Del Río, el querido Vasco acaba de lograr su tercer título de goleo consecutivo en las Ligas de Miami, unas Ligas que en muchos casos se incluyen jugadores con experiencia profesional y equipos de buen presupuesto, una aclaración necesaria para aquellos que desconocen la calidad del fútbol o futbolistas que tiene que enfrentar en su día a día y que pueden apresurarse a juzgar la calidad o nivel que enfrenta el matancero.

Protagonista de una de las fotos más emocionales del fútbol cubano, llorando tras la eliminación de Cuba en el Preolimpico del 2008, el Vasco vivió los siguientes años jugando para su Matanzas natal en la Liga Cubana alejado de los reflectores o la atención pública, la escasa que prestaba atención al fútbol cubano.

La vida sin embargo cambió en el 2016 cuando aterrizó en Miami, para reunirse con su gran pasión y amor fuera de las canchas: su familia, esa que lo acompaña y alienta desde la grada en cada partido sin importar lluvia, frio o calor.

La llegada al Fortuna lo expuso al fútbol miamense que rápidamente lo asimiló y se rindió a su calidad futbolera.

Velocidad endiablada, incansable luchador, dueño de una garra y liderazgo inagotable que le hicieron ganarse el sobrenombre del Guerrero del Fortuna, Vasco añade además una letalidad única frente al arco, misma que no se arruga en los partidos importantes, como lo ha demostrado en los torneos que ha jugado para el Fortuna o la Unión USA, porque cuando la candela se pone brava es cuando el pequeñín matancero se siente más en su salsa y saca a relucir todo su arsenal.

Virtudes que no pasaron desapercibidas ni para el Miami FC ni para el Miami United a pesar de su anticubania, ya que mientras el primero lo invitaba a la pretemporada el Segundo lo convocaba para el partido contra el Peñarol Uruguayo.

Sin embargo lo que parecía ser dos experiencias extraordinarias terminaron siendo tristes desepciones pues mientras el United lo dejaba en el banco a pesar de necesitar goles el FC le cerraba las puertas de la temporada “porque no podían pagarle lo que su calidad merecía” 

Situaciones que podrían haber derribado a cualquier jugador pero no al interminable Vasco que después de pasar todo el día trabajando para ayudar a obtener el sustento se entrega en el terreno cual chico de 20 años.

Corre todos los balones, los pelea como el último anima y le sonríe al fútbol, ese fútbol agradecido de tenerlo activo, marcando goles, haciendo la de lujo como agradecimos estamos nosotros de tenerlo en el Fortuna, en la Unión.

La edad no siempre es un número, pero para el Vasco, si lo es.

1 comentario:

  1. Yo soy su mamá y me consta que ese pequeño gigante siempre fue y será un gran campion por eso y muchas cosas mas yo lo amo

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