De amateurs o incapaces.

 

Así puede definirse la decisión de la AFC de utilizar como base de entrenamientos instalaciones futboleras en Honduras para “preparar” el partido de la eliminatoria mundialista del día 6 frente al equipo hondureño.

 

Si bien el técnico cubano ha demostrado una incapacidad total al frente del equipo a la hora de presentar diferentes planteamientos tácticos o estrategias de juego, preparar un partido en la casa del rival le facilita a este el estudio completo de cualquier variante que pueda estar preparándose además de un detallado estudio de cada uno de los jugadores de nuestra selección, en definitiva otra brillante idea federativa que no tiene reparos en tratar de no meterse la mano en el bolsillo para cuestionas de índole futbolístico.

 

Más allá de las lamentables condiciones de la cancha donde aparecen los seleccionados cubanos entrenando, El “hermoso gesto” que algunos ilusos tratan de vender o de tragarse no es más que un caballo de Troya destinado a facilitar el trabajo de los scouts del seleccionado hondureño o como decían en mi pueblo les hicieron el cuento del bobo.

 

La cacareada base entrenamientos vendida por la AFC y sus papagayos además de mostrar su nula capacidad de gestión e ineptitud demuestra también un desconocimiento histórico en lo que respecta a nuestro futbol, por lo que si bien no hay esperanzas en poderles enseñar a hacer su trabajo podemos contarle una historia a ver si aprenden un poquito de la historia y no cometen errores de hace 40 años atrás.

 

En 1981, mientras la selección cubana buscaba su clasificación al mundial de 192 y con un soberbio equipo que amasaba posibilidades reales de abrirse paso en la hexagonal y obtener uno de los boletos mundialistas. México tuvo la “generosidad” de brindarles a los nuestros la posibilidad de ir a entrenar a ese país para que pudieran prepararse en mejores condiciones y Cuba aceptó. La historia larga se la cuento en un par de líneas, México aprovechó la estadía de Cuba en sus tierras para estudiar al equipo cubano hasta la saciedad y endosarle un 4-0 rotundo en el primer partido de la hexagonal final. ¿Estaba México cuatro goles por encima de Cuba en esos momentos? La respuesta, es no, pero nos hicieron la del arito y caímos rotundos.

 

Si bien la experiencia vivida hace 40 años es entendible, el hacerlo hoy en día es para apagar e irnos. Pero bueno que más se les puede pedir, hablan y caminan.