Impresentable.

 

Vergonzosa, tanto la actitud de las autoridades migratorias norteamericanas como la pasividad de la CONCACAF ante la negación de la visa de varios jugadores, incluyendo a los cubanos Karel Espino y Luis Javier Paradela de Comunicaciones de Guatemala y Santos Guapiles de Costa Rica para los partidos de vuelta frente a los equipos de la MLS Colorado Rapids y New York City respectivamente.

 

Si bien no se ha aclarado el por qué de la negación de las visas, ni los detalles que han rodeado el proceso, hemos podido conocer que en el caso de Karel, autor del gol del Triunfo en el partido de la ida y miembro del once ideal de esa ronda, quien al principio se había especulado hubiese estado relacionado al tipo de vacuna contra el Covid recibida por el cubano tal y como sucedía con varios de sus compañeros, se debió a la no respuesta de las autoridades norteamericanas después de que se les entregara la documentación adicional que se le había solicitado, mismo bote en el que parece anda el Ecuatoriano José Manuel Ayoví quien tampoco recibió el visado.

 

Por su parte el caso de Paradela ya era bien conocido y se pensaba pudiera estar relacionado con el momento que viven la mayoría de los extranjeros en Costa Rica, inhabilitados de jugar por no tener los permisos de trabajo correspondientes para poder jugar en la Liga con sus equipos.

 

Sin embargo, la presencia del Jamaiquino Javon y el mexicano Rubio en el equipo del Santos que viaja a Nueva York, además de interesante que se les permita jugar a pesar de estar inhabilitados de hacerlo en Costa Rica con el club deja muchísimas interrogantes sobre el por qué no se le otorga la visa a un jugador que ya jugó como profesional en los Estados Unidos por varios meses y quien ha visitado el territorio estadounidense en múltiples ocasiones.

 

De igual manera, aunque menos publicitado por no ajustarse a la retorica y a la agenda de víctimas, el cubano Dani Fernández no recibió su visado a los Estados Unidos, tal y como ocurriera con todo el equipo del Cavaly Haitiano debido a que ni la directiva del club ni las autoridades de haitianos proveyeron la documentación adecuada y de acuerdo a los protocolos establecidos.

 

Hablar de racismo en estos casos es tan inadecuado como inexacto, ya que no solamente son jugadores cubanos los afectados y sería además apropiado que los representantes de los jugadores se abstuvieran de hacer comentarios de este tipo usando las cuentas de redes sociales de los jugadores que ellos manejan aun más cuando el Departamento de Estado Unidos ha empezado a hacer seguimiento a las redes sociales de las personas que solicitan visado a los Estados Unidos.

 

De igual manera actitudes como estas, el negamiento de visas a jugadores permite a Federaciones Nacionales de lamentable trabajo escudarse en este tipo de cosas para justificar su falta de gestiones y su incapacidad.

Pero más allá de razones, es inexcusable, inadmisible que continúen pasando cosas como estas, más aun cuando la pandemia del Covid está controlada y no hay necesidad de protocolos tan estrictos como en el 2020 cuando la misma estaba en pleno apogeo, más aun cuando la presente administración norteamericana ha dado luz verde a la inmigración irregular por la frontera sur por donde se puede entrar sin muchos problemas, sin que se te solicite tarjetas de vacunación, cuarentena ni la cabeza de un guanajo relacionada con el Covid y por donde a diario entran muchos hermanos cubanos desmantelando así el mito de la discriminación que se han inventado algunos.

 

Poco o nada se puede esperar de la CONCACAF, una organización bananera, de ojos ciegos quien entre sus directivos tiene al Sr Luis Hernández bajo cuyo mandato y en complicidad con el excomisionado nacional René Pérez, e actual presidente de la Federación Cubana Oliet Rodríguez y el INDER han destruido el futbol cubano.

 

En lo personal pienso que los tres partidos debieron ser pospuestos (incluyendo el del Cavaly) y buscar sedes alternas donde cada equipo pudiese llegar con toda su nómina y ninguno llegara con ventajas por acciones burocráticas.