Vergüenza.

Ni rabia, ni frustración solo vergüenza.. dolor, de ver a mi selección destruida, sin ideas, sin planteamientos futbolísticos, mal trabajada tácticamente y goleada por una selección a la que tradicionalmente se le ganó, hoy el dolor moral superó al físico y el corazón se me apretó en el pecho en los 90 minutos más largos y tristes que recuerde viendo a la Tricolor.

Un resultado que pone a las claras la realidad del futbol cubano y que desnuda a una de las selecciones cubanas más pobres que visto en mi vida, para no ser absolutos.

Una selección que comprobó hoy que es el equipo de más bajo nivel del torneo, no sólo por el marcador de la primera ronda sino por lo que futbolísticamente planteó en el debut.

Cuba a pesar de la involución de algunos, tiene jugadores, que tienen para lucir mejor, con calidades técnicas o buen pie, pero no tiene equipo y cuando no hay equipo todos sus integrantes lucen como jugadores carentes de futbol y hasta mediocres.

Cuba tuvo el balón pero no supo que hacer con él, fue horizontal, incapaz de crear peligro real frente al marco contrario, perdía el pulso ofensivo frente a una Martinica mejor parada y quedaba en predicamento cuanto perdía el balón y debía replegarse defensivamente, Con una Daniel Luis muy lento para hacer la cobertura frente a unos delanteros muy rápidos lo que dejaba a Piedra y Sandy como salvadores de la debacle ante unos laterales que nunca aparecían por estar demasiado arriba y la ausencia de un medio central que pudiera meterse en el hueco entre los centrales demasiado abiertos.

Un trabajo que le quedó muy grande a un chico como Karel Espino que si bien lució bien en los primeros minutos, la tarjeta amarilla que le mostraron pareció ser una carga muy pesada y terminó en convertirse en un manojo de nervios y ser sustituido antes del primer tiempo, una sustitución que creemos debió hacerse en el arranque de la segunda mitad y que sin dudas pensamos contribuye en cierta forma en el primer gol encajado por la selección.

El espejismo de la primera mitad con Cuba con el balón en los pies y que hizo pensar en el mejoramiento de Cuba desde el punto de vista futbolístico desapareció en la segunda mitad en la que Martinica pasó a ser mejor tácticamente a controlar futbolísticamente y aun darse el lujo de darnos un baile en el tercer gol.

Fue una Cuba que deberá ir a exámenes extraordinarios en balones detenidos, al no saber como defenderlos y tampoco como usarlos como arma ofensiva otro elemento que deja al descubierto la mala preparación de nuestra selección.

Habrá quien hable del penal no pitado a Cuba de el casi gol de Arichel, en lo que creo fue la única buena jugada armada por la selección, de lo que pudieron haber cambiado el curso del partido, pero eso es algo que nunca sabremos y la selección debe ser más que eso, no se puede pretender ganar un partido con un gol en la única ocasión que se crea o un depender de la visión del central.

Pero esta Cuba de hoy no es sólo culpa de Mederos, muy a pesar de sus carencias como estratega, esta Cuba de hoy es el reflejo de años de mal trabajo de dejadez y falta de apoyo de las organizaciones cubanas al futbol, es la consecuencia del robo sistemáticos de los recursos del futbol, de Campeonatos Nacionales de 10 fechas y solo tres meses de duración, del freno al desarrollo de los talentos emergentes en nuestro país con trabas burocráticas que frenan su salida a equipos en el extranjero.

Hoy no se puede defender lo indefendible, no se puede defender el penoso desempeño de la selección, pero si una vez se puede salir en defensa de los futbolistas cubanos, mas que culpables víctimas de la situación que los rodea, del entorno que les toca vivir.

Hoy Cuba está fuera de la Copa porque la realidad se impone, porque el mundo evolucionó y nosotros nos quedamos detenidos en el tiempo, o decidimos caminar hacia atrás, Cuba está lejos, muy lejos de lo que fue y es el ejemplo real de que si no evolucionas o te adaptas a los cambios desapareces.