viernes, 26 de abril de 2019

El Motor le dice no más al Motor.


Se extrañarán tu goles, tu alegrias y tu bailes, chama
Hace casi siete años atrás tuve mi primera conversación con Heviel Cordovés, acaba de llegar a Jacksonville Florida tras haber escapado de la selección nacional durante un partido eliminatorio a la Copa Mundial del 2014, muchas han sido las que tras aquella primera vez hemos tenido, pero ninguna fue tal difícil y triste como la que tuvimos hace un par de semanas atrás.

La ausencia en el roster del Memphis en su primer partido me llamó muchísimo la atención, Cordovés había sido uno de los rostros del equipo, uno de los primeros jugadores firmados por el Memphis y sin duda una de las grandes figuras del mismo ¿una molestia de último minuto? Pudiera ser, esas cosas suelen pasar, pero la ausencia en el segundo partido encendió las alarmas.

Listó para desatar la potencia de su Zurda
“No puedo volver a jugar” fueron sus primeras palabras, un golpe seco que me dejó suspendido en el aire esperando sus siguientes palabras, ¿qué podía ser tan terrible que pusiera a un luchador, a un guerrero como Cordovés fuera de circulación.

“El corazón… tengo un problema cardiaco” ….. “faltan algunas pruebas, pero ya me han dicho que no puedo volver a jugar” “Me desmayé en uno  de los partidos de entrenamiento y tuvieron que llevarme al hospital, fue un gran susto, pensaron que no saldría’

Mientras leía a mi mente llegaban las imágenes de hace unos años atrás cuando en medio de un partido veía desplomarse a Yordanis Álvarez, la cara de horror de los aficionados mientras trataban de reanimar al cienfueguero imagen que imagino fue la misma que debieron vivir los compañeros de Cordovés en esos momentos de incertidumbre en los que uno piensa que la vida de un compañero se te va entre las manos.

Guapo, luchador, un verdadero guerrero
¿Qué decir? ¿Cómo tratar de levantar el ánimo de un muchacho al que aprecias cual un hijo, que vive una realidad fantástica y con un futuro aun mayor? No hay palabras se trata pero no se existen, solo Dios, el tiempo y la familia pueden mitigar en algo la tristeza que debe vivir en estos momentos.

Será difícil ahora acostumbrarse a su ausencia, a su sonrisa en el campo, a los zurdazos imparables que inflaban las redes desahogando el grito de gol de los aficionados, sus bailes de celebración, su atención para los con los niños que corrían en busca del grandulón de rostro recio pero de corazón de peluche.

Ese mismo corazón lleno de amor para los que le rodean le ha dado el golpe más duro en su joven carrera y lo ha separado de los terrenos como jugador activo pero jamás logrará alejarlo ni de quienes lo queremos ni tampoco de su segunda gran pasión: el Futbol.

¿La Primera? La Familia.

Te vamos a extrañar… Peter Pan.

2 comentarios:

  1. Gracias al Motor por todo lo que nos dio a los cubanos qu amamos nuestro fútbol.
    Tus goles en la USL fueron un aliciente en los duros años en los que la Selección se nos desplomaba o simplemente no existía, pero siempre estaban "los tres mosqueteros", entre otros, para discutirle a los escépticos que Cuba sí tiene fútbol.
    Mucha suerte en lo adelante.
    Y gracias a Mario, como siempre, por el escrito.

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  2. Mucho ánimo a Heviel, que en la medida de lo posible pueda seguir ligado al futbol en el futuro en otras tareas. Arriba campeón. Un saludo

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