O se cambia o nos quedamos sin futbolistas.

Si no los conociera, no sabría decir a que selección es esta.

Y volvió a ocurrir, esta vez seis de nuestros muchachos caminaron en dirección diferente al del resto del grupo y se adentraron en el mundo desconocido de un país extraño en busca de sus sueños de una vida mejor y de tal vez algún día llegar a ser futbolistas profesionales.

Una batalla dura, llena de obstáculos, en la que además de su calidad futbolera necesitarán consistencia y mucho trabajo, además de suerte, en la que ya han pagado el más alto de los precios, estar lejos de la familia.

Y uno se pregunta ¿Por qué arriesgar tanto? ¿Por qué estos muchachos que recién inician sus carreras arriesgan tanto e incluso dejan antes de un torneo una selección con la que desde niños soñaron formar y por la que tanto lucharon para llegar a conformar? Porque cierto es que nadie desde pequeño se dice “voy a jugar en la sele para en la primera visita al Yuma quedarme”.

Ser parte de la selección es algo único, un orgullo que solo unos pocos son capaces de vivir y abandonarla es un dolor que quienes debieron dar el paso de dejarla viven cada día.

Pero es que la paciencia se acaba, las mentiras ya no san tan efectivas como antes, el cansancio de las promesas incumplidas, la dejadez, los malos tratos por parte de la Federación Cubana de Futbol hacia los jugadores, la prepotencia de los directivos son gotas que van colmando el vaso y que terminan por derramarlo.

No es casualidad que en el último año 22 jugadores hayan decidido quedarse en suelo norteamericano es sólo el reflejo del mal trabajo de la AFC, agravado en los últimos años bajo la dirección de los Comisionados Nacionales René Pérez y el Compañerito Oliet Rodríguez, dos tipos mezquinos y déspotas apoyados y con la complicidad del monigote Luis Hernández Presidente de la AFC.

Campeonatos Nacionales extremadamente cortos, malas condiciones de los terrenos, de alojamiento y de alimentación, no solo en el torneo nacional, sino también para los seleccionados nacionales en el Pedro Marrero, pérdida de contratos internacionales de varios jugadores, viajes al extranjero en los que priva la desorganización y la improvisación, pésima gestión en el completado de pasaportes y visados de los seleccionados nacionales de una Federación que es hasta incapaz de conseguir uniformes a la selección nacional,  la incertidumbre de si jugará o no el próximo torneo internacional o no, o simplemente cuando se va a volver a jugar, son solo algunas perlas de la extensa cadena de horrores que viven nuestros jugadores, eso ya para no hablar de los desastres y abusos a nivel de la base donde nuestros entrenadores tienen que trabajar con las uñas, sin recursos para sacar adelante a los talentos que van surgiendo y aun así tener el corazón y la gandinga de aguantar que digan que el problema del futbol en Cuba está en la base.

No, no es bloqueo yanqui, ni las políticas de Donald Trump, ni Marco Marubio ni la mafia de Miami, es la Mafia del Marrero, del INDER, el bloqueo interno que tenemos, la poca vergüenza de los que dirigen el deporte nacional que se amparan en los tres primeros para justificar sus desmanes, exigir sacrificios cuando ellos viven a sus anchas, la paciencia tiene un límite, diferente para cada quien, pero un límite al fin y al cabo.

Cuba tiene que cambiar, las formas de hacerse las cosas tienen que cambiar, la FIFA es hora de que diga basta a todo este desastre, y que lance una investigación sobre Luisito y sus 40 ladrones, que los de Ali Baba eran niños de teta comparados con estos del Marrero.

¿habrá sanciones? ¿No podrá jugar la selección internacionalmente? Si, lo más seguro, pero según lo que se maneja, la selección se quedará sin jugar internacionalmente, no por decisión de la FIFA, sino por la decisión de Cuba que buscará no jugar en suelo norteamericano ningún otro torneo, y como ya se ha visto la CONCACAF ha comenzado a usar, única y exclusivamente las instalaciones de los Estados Unidos para realizar sus eliminatorias en todas las categorías.

Medida radical esta que sólo delataría una vez más la intransigencia de nuestros directivos y que estamos seguros no es la solución a lo que acontece.

Hay que hacer algo, y hacerlo pronto, pero la no participación en torneos o veto a algunas sedes no es la solución, la solución es mejorar la atención al jugador, respetársele como ser humano que es, mejorar las condiciones de los torneos nacionales y sobre todo agilizar la contratación de los jugadores en el exterior, no poner más trabas ridículas a que esto ocurra, para el que “yo no quería irme, pero me empujan a eso” no se repita más.

Los jugadores quieren ser parte de la selección, quieren regresar a sus casas, estar con su gente, pero también demandan dignidad, respeto y eso es en lo que las autoridades deben cambiar, dejemos de señalar con un dedo a los que se quedan, dejemos de alentar a que se queden en masa, que quien empuja no se da golpe y nadie de los que dice “que se queden todos” levanta la mano para ayudarlos cuando lo hacen, reclamemos mejor trato para nuestros muchachos, libertad para ellos para que cumplan sus sueños sin pagar un sacrifico tan alto.

Cuba tiene que cambiar, la Federación y el INDER tienen que cambiar o nos quedamos sin futbolistas, a no ser que en el fondo y en el medio de su maquiavélico plan por destruir el futbol nacional, este sea su objetivo.