Oportunidad perdida.

La selección cubana de futbol comienza el año con nota negativa y no por el desempeño de la misma dentro de la cancha, sino por la mala gestión de los directivos de la Federación Cubana de Futbol que dejaron a la Tricolor y sus seguidores con los crespos hechos.

 

Volvió a fallar, como ya es costumbre el aspecto organizativo demostrando, una vez más que los actuales dirigentes del futbol cubano no tienen la preparación para asumir los cargos que hoy ostentan, esto para ser políticamente hablando y no decir en buen cubano que son una banda de ineptos que de asistir a un concurso de ineptos terminarían en la segunda plaza… la primera la perderían: por ineptos.

 

Pero dejando de lado al circo Montalvo y las causas de la cancelación de los partidos pasemos al punto de si Cuba debió o no jugar sin los jugadores europeos, más allá de que como explique en el canal de YouTube la importancia de la presencia de los mismos estaba dada más de por lo que podrían aportar en la cancha, a lo que tendrían estos muchachos, o más bien uno de ellos.

 

En mi opinión Cuba debió jugar con lo que tenía a mano y aprovechar las fechas para foguear a figuras jóvenes que serán quienes tengan que tirar del carretón en un futuro cercano además de aprovechar para mostrar a las mismas en Guatemala, un país y futbol que se ha mostrado abierto al talento nacional.

 

Desde luego los crackeros estarán en desacuerdo pues el futbol para ellos es el que se vive fuera de Cuba y los que están adentro no empiezan a ser protagonistas de charlas, videos o artículos hasta que cruzan el charco en cualquier dirección más allá de nuestras fronteras.

 

La palabra Europa produce en estos muchachos una especie de calentura afrodisiaca que nubla cualquier otra opción y vuelve en tabú la palabra nacional.

 

Sin querer demeritar la calidad de estos jugadores, hay que ver que tanto impacto han tenido estos jugadores y la posibilidad de que un jugador que se encuentra en Cuba pueda sustituirlo o cubrir su posición en un momento dado.

 

De los cinco europeos con los que cuenta la selección a nuestro entender solo tres han mostrado un nivel como para estar en la selección nacional o han tenido impacto en la misma cuando tuvieron la posibilidad de defender nuestros colores. Onel Hernández, Cavafe y William Pozo fueron sin dudas los hombres que cumplieron con los factores arriba mencionados.

 

Cavafe y Onel, en estos momentos no tienen, o al menos no parecen tener competencia entre los convocables, mientras que Pozo no la tendría tan sencilla con jugadores como el villaclareño Roberney Caballero

 

Incerti tendría una competencia aun más nutrida con jugadores como York González, Neisser Sandó, Rey Charles Herrera, Denilson Milanés (de gran nivel en su club de Costa Rica) y el mismo Yuri Yunior, el único de estos cuatro que ha contado para los encargados de seleccionar a los jugadores que conforman el seleccionado nacional.

 

Mientras que Apezteguía quien mostró estar lejos, muy lejos del nivel que se pide para un seleccionado nacional y confieso una de las mayores decepciones para nosotros, especialmente después de ver lo que el capitalino había logrado con su club no tendría oportunidades frente al santiaguero Christian Castellanos ni de su coterráneo Filungo, quien aun no consigue cerrar su contrato en Costa Rica gracias a las malas mañas de los Federativos Cubanos para los cuales el tratar de destruir la carrera del joven delantero es algo de tipo personal.

 

En definitiva, ¿eran tan indispensables los europeos? No, al menos para mi no lo eran. Hay que entender varios puntos, primero el momento de la selección, en pleno recambio y por tanto estos partidos son para ver jugadores, probarlos y segundo, mirando lo que ha sucedido en las convocatorias de la selección cubana hay que empezar a hacerse a la idea que en los partidos de la Liga de Naciones muy bien podríamos no contar no sólo con los jugadores europeos sino también con los que andan por Brasil de los cuales solo el espíritu santo sabrá por donde andan esas almas peregrinas mandadas a jugar en ligas barriales y que desde que se fueron a tierras sudamericanas lo más cerca que han estado de la selección son las fotos que hayan podido ver en el internet.

 

Sin europeos ni brasileños ¿a quien Cuba hubiese podido echarle mano para los amistosos?

 

En la portería, sin dudas Nelson Johnston de la Real Sociedad hondureña tendría las papeletas para ser el número uno, pero si aun decidiéramos dejarlo por tierras catrachas para ver el material que contamos para remplazar a los desaparecidos Sandy y Pozo, podríamos haber llamado a Antuan Obregón de Mayabeque, Dani Fernández quien acaba de firmar en Haití o los Sub 20 Cesár Manzano y Carlos Palomino.

 

La defensa sería la más apretada, pero con Corrales, Modesto y Piedra, el cuarto hombre muy bien pudiera estar en Karel Espino quien ya ha jugado en ese puesto en Comunicaciones, o se podría volver a dársela una oportunidad al Pocho Rizo al Osniel Ramos, o darle su chance al ex sub 20 Daniel Alarcó.

 

En la media además podría incluirse a Arichel que si bien no ha tenido el nivel de juego que de él se espera su experiencia podría ayudar mucho a la juventud de la medular del equipo, zona en la que nos quedamos con ganas de ver más de la combinación Dairon Reyes-York González.

 

Por su parte arriba aparte de la imprescindible presencia del matancero Luis Javier Paradela y a los mencionados: Flores, Roberney (descartando a Filungo por los problemas con la Federación) podrían haberse agregado al pinareño Maykel Reyes, resistido por muchos, pero que sigue marcando goles a pesar de no lucir fino y el jovencito Yasniel Matos, miembro del Municipal y quien ya estaba en tierras chapinas.

 

En fin, material había, calidad había, lo que no había era ganas de jugar ni capacidad para resolver los problemas que se pudieran haber presentado para garantizar la llegada a tiempo de los jugadores para que no se perdiera la fecha FIFA.