Tranquilo Mota.

 

Tras más de diez partidos en competencias oficiales el seleccionado cubano de futbol volvió a saborear las mieles de la victoria tras derrotar al representativo de Islas Vírgenes Británicas cinco goles por cero, lo que constituye la primera victoria de este tipo (Torneos oficiales) para el estratega pinareño Pablo Elier Sánchez quien ya acumulaba un triunfo en un partido amistoso, frente a Nicaragua en el 2019.

 

La victoria, si bien un aliciente para un futbol necesitado de triunfos, ha desatado una reacción triunfalista, a nuestro parecer, excesiva y los adjetivos rimbombantes han sonado por todos los lados ya sea en medios oficiales como alternativos en el que nos cuesta montarnos.

 

Y no es que queramos ser aguafiestas, o el que solo ve las manchas del sol, pero vender falsas expectativas no es mi trabajo, o nunca ha sido mi intención.

 

Es difícil, imposible diría yo hacer un análisis de un partido que no se ha visto, y del que apenas tenemos 5 minutos en los que parecen solo las acciones de nuestra selección disparando a puerta y una transmisión radial que dio mucho que desear y con total desconocimiento, a raíz de las imágenes vistas, de los jugadores cubanos.

 

Poco o nada se puede sacar en claro del actual nivel de la selección nacional porque Cuba tuvo de por medio ayer un equipo de Islas Virgenes Británicas ubicado en el lugar 208 del ranking de la FIFA con 826 puntos superando solamente a los seleccionados de Anguila (805.42) y San Marino (804,71) un equipo que no conoce lo que es ganar un partido desde que vencieron a Anguilla (1-0) en Julio del 2012 y que desde ese entonces ha logrado sólo dos empates en 24 partidos, sin dudas no un medidor en ninguna dirección posible.

 

Un equipo al que, sin embargo, tal vez por la prisa, el nerviosismo o el exceso de confianza costó mucho marcarle, algo en lo que debe trabajar y rápido la selección, pues próximos rivales no deben ser tan dadivosos en la marca y un país el cual, en el arranque de la segunda mitad nos complicó y mucho estando a punto de conseguir el empate según la transmisión del encuentro, factores estos por lo cual no me monto en el tren crackero de tirar campanas al aires y celebrar como si hubiésemos ganado la Copa del Mundo o vayamos a arrasar en la Copa Oro como he visto en artículos por ahí y factores que creo también tendrán a un hombre como Pablo Elier, pensativo y en busca de soluciones.

 

Soluciones para las cuales no tendrá muchas variantes, pues a las ausencias de Sandy, Pozo y Morejón, todavía en la nebulosa de Brasil, y que supuestamente llegan hoy se sumarían la de Asmel, al parecer salió lesionado ayer y Jean Carlos, quien viajó con un tirón y que habrá que ver en que nivel está.

 

Un Pablo que sigue insistiendo en un 4-4-2, que no nos termina de convencer y que a nuestro modo de ver se equivoca en el once inicial de ayer, tal y como lo demuestra el cambio del equipo con la entrada de Maykel Reyes (gol y penalti provocado), Dayron Reyes (gol y dos asistencias) y de Yuiri Yunior, que le permite la aparición de Piedra por la banda y de donde sale la asistencia en el gol de Maikel Reyes, pero además de lo meramente estadístico la entrada de estos tres hombres permitió retomar la manija del partido al punto de no volverse a escuchar una nueva aproximación del conjunto de Islas Virgenes Britanicas al marco de Nelson que pudo haberse llevado un cafecito para disfrutar mejor la acciones que se vivían lejos de su marco.

 

En fin, una victoria, un buchito de agua para mitigar un poco la sed de resultados futboleros y  mucho trabajo por hacer en busca de redondear el equipo que queremos y que nos permita, entonces si desplegar banderas y esos adjetivos altisonantes, por ahora Tranquilo Mota.