Hubo
que esperar, tal vez más de lo que pensamos aquellos que anhelamos ver al
moronense Onel Hernández en el once inicial del Norwich City en su regreso a la
Liga Premier, pero se dio y tal vez la espera hizo el momento más dulce.
Miami,
Cuba se convirtieron en un Norwich City de ultramar en donde cada cubano estuvo
pendiente del momento en que cambiaría la historia del futbol cubano para
siempre y que llegaría a los 70 minutos cuando Onel entró al terreno del juego.
El
marcador del momento, el resultado o el mismo accionar del cubano sobre la
cancha, sería lo de menos, claro nadie su hubiera puesto bravo si de sus
botines hubiese salido algún gol, lo importante, lo verdaderamente importante
era que un hijo de nuestra patria por primera vez jugaba en la Liga más
importante del mundo.
Pero lo
de Onel va más allá de lo auténticamente deportivo, es una muestra de que en un
mundo libre, en el que nadie se cree dueño de nadie en donde lo que vale es
luchar por tus sueños sin que nadie te los mutile apegados a ideologías
obsoletas se puede conseguir lo que uno se proponga siempre y cuando no dejes
de luchar por tus sueños.
Talento,
trabajo duro, suerte y sobre todo libertad han sido sin dudas factores
decisivos para que hoy, los cubanos, todos, como debe ser disfrutáramos de un
momento trascendental.
Es sin
dudas tiempos de celebrar, pero también de reflexionar por los caminos que
andamos, de por fin abrirnos al mundo, de no llorar más porque el mundo se abra
a nosotros, porque el mundo ya lo hizo hace tiempo, somos nosotros, o mejor y
más correctamente dicho, son algunos los que aun le cierran las puertas al
mundo y a Onel su derecho de jugar en la selección nacional de su país.
Hoy se
ha escrito una parte importante en la historia del futbol cubano y en la
carrera futbolística del moronense, veremos si los dueños del futbol dejarán
que se escriba la otra.
Mucha felicidad y orgullo con Onel Hernández que ya es parte de la historia del futbol cubano, y esa historia se está escribiendo fuera de la isla, con muchos de sus hijos triunfando en diferentes sitios. A la alegría por el triunfo del Miami FC con Ariel, Héctor y Darío, a la de Ozzie Alonso que sigue sumando estrellas en su carrera, ahora viene este tremendo alegrón. Cada triunfo de ellos es una bofetada a los incompetentes, a los corruptos, a los cavernícolas, a la sinrazón y es un triunfo de la libertad y de los sueños cumplidos. Nada espero de la Federación Cubana de Futbol o como se llame, solo que sigan fracasando y se le cierren todas las puertas posibles. Es la hora de los jugadores. Felicidades Onel, que sigas creciendo como futbolista y que lleguen más éxitos. Un saludo
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